30 Jun Límites planetarios: ¿De qué estamos hablando?
En el marco de las actividades del proyecto TEDDA, es importante entender y desarrollar diferentes nociones relacionadas con la transición ecológica, después de la huella de carbono desarrollaremos la noción de «Límites Planetarios».
El concepto de límites planetarios fue definido en 2009 por 26 investigadores internacionales en el Centro de Resiliencia de Estocolmo (1).
Según este concepto, nueve procesos y sistemas coordinan la estabilidad y resistencia de las interacciones de la Tierra, el océano, la atmósfera y la vida, y juntos crean las condiciones de existencia de las que depende nuestra sociedad. Para cada uno de ellos se establecen unos límites que no deben superarse o se perderá la estabilidad del sistema y, por tanto, la hospitalidad de la Tierra. Estos son:
- el cambio climático;
- las pérdidas de biodiversidad;
- alteraciones globales del ciclo del nitrógeno y del fósforo;
- el uso del terreno;
- la acidificación de los océanos;
- el agotamiento de la capa de ozono;
- los aerosoles atmosféricos;
- el uso del agua dulce;
- la contaminación química (más ampliamente, la introducción de nuevas partículas en la biosfera).
Desde entonces, se ha actualizado mediante publicaciones periódicas. La Tierra cruzó dos nuevos límites en la primavera de 2022 (ya había cruzado cuatro en el pasado): el del ciclo del agua dulce y el de la contaminación química.
En 2012, la economista Kate Raworth (la economista que está detrás de la «Teoría del Donut») propuso añadir a estos límites planetarios naturales y externos («techo»), límites internos («suelo»), correspondientes a las necesidades humanas esenciales para el buen vivir. Enumera 11 dimensiones distintas de la vida, que forman el «piso social». Los límites planetarios y las dimensiones de la vida pueden representarse en un anillo (un donut) y formar una cuadrícula analítica para estudiar las interacciones entre el estado del medio ambiente y las necesidades humanas.
¿El objetivo de esta teoría? Replantear la economía para satisfacer las necesidades humanas básicas y preservar el medio ambiente.
Para entender mejor su aplicación concreta, véase: la aplicación de la teoría en Ámsterdam (https://www.kateraworth.com/2020/04/08/amsterdam-city-doughnut/) o o el proyecto Brussel Donuts (https://donut.brussels/projet/)
Sin embargo, los expertos advierten que estos límites son estimaciones: no sabemos cuánto tiempo podemos seguir empujando estas fronteras antes de que las presiones combinadas conduzcan a cambios y daños irreversibles.
Las observaciones son tanto más graves cuanto que el clima no es el único factor gravemente atacado. La biodiversidad, aunque es una condición para la resistencia de la biosfera, está amenazada. El ciclo biogeoquímico del nitrógeno y el fósforo ha sido gravemente destruido por la agricultura industrial intensiva, creando enormes zonas muertas en el océano. La deforestación ha creado un desequilibrio entre el ciclo del agua y el ciclo del clima, que ahora está adquiriendo una dimensión global.
De hecho, nuestras transgresiones de los nueve límites planetarios han sido y son tan grandes que los geólogos creen que hemos entrado en una nueva era de la historia de la Tierra. El comienzo del Antropoceno.
A medida que aumenta la presión sobre el entorno natural, muchos científicos afirman que la Tierra ha pasado del Holoceno, un periodo geológico asociado a la estabilidad del hábitat terrestre durante los últimos 10.000 años, a una nueva era: el Antropoceno.
Utilizando el término «Antropoceno» (o Capitaloceno) por primera vez en el año 2000, Paul Crutzen señala que «la huella humana en el medio ambiente planetario ha llegado a ser tan vasta e intensa que rivaliza con algunas de las grandes fuerzas de la Naturaleza en cuanto a su impacto en el sistema Tierra». (Bonneuil et Fressoz, 2016).
El amanecer del Antropoceno debería servir de advertencia. Por lo tanto, la transición no sólo debe ser climática, sino ecosistémica. En consecuencia, debemos dar prioridad a las soluciones que atacan la raíz del problema y dejar de creer que la tecnología por sí sola puede ayudarnos a evitar el cruce de los límites planetarios… Respetar estas limitaciones requiere una innovación económica, social, cultural, política e incluso geopolítica. En otras palabras, debe superar otro límite: el de nuestra imaginación.
(1) Rockström, J., W. Steffen, K. Noone, Å. Persson, F. S. Chapin, III, E. Lambin, T. M. Lenton, M. Scheffer, C. Folke, H. Schellnhuber, B. Nykvist, C. A. De Wit, T. Hughes, S. van der Leeuw, H. Rodhe, S. Sörlin, P. K. Snyder, R. Costanza, U. Svedin, M. Falkenmark, L. Karlberg, R. W. Corell, V. J. Fabry, J. Hansen, B. Walker, D. Liverman, K. Richardson, P. Crutzen, and J. Foley. 2009. Límites planetarios: explorando el espacio operativo seguro para la humanidad. Ecología y Sociedad 14(2): 32. [online] URL: http://www.ecologyandsociety.org/vol14/iss2/art32/