
07 Dic La ecoansiedad: « La nueva enfermedad del siglo »
Las recientes olas de calor, sequías y megaincendios que han tenido lugar en Europa y en todo el mundo han provocado una mayor concienciación sobre los retos del cambio climático y la urgente necesidad de actuar. Se han visto acompañadas de un aumento del número de señales de alarma, sobre todo por parte de los científicos: el último informe del IPCC (Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático), por ejemplo, nos informa de que, al ritmo actual de desarrollo, ¡el calentamiento global podría alcanzar los 2,7 °C a finales de siglo! (1)
Esta toma de conciencia por parte de una parte creciente de la población, y en particular de los más jóvenes, ha dado lugar a un concepto relativamente reciente: la ecoansiedad.
Definida como « la nueva enfermedad del siglo » (2), la ecoansiedad es un concepto creado en 1996 por Véronique Lapaige, que se preguntaba por los sentimientos de la gente ante las grandes convulsiones del planeta (calentamiento global, contaminación, extinción de especies, etc.)(3).
Cada vez son más las personas que se definen a sí mismas como eco-ansiosas, y el concepto está recibiendo cada vez más cobertura mediática. En este artículo intentaremos aportar información sobre este concepto.
¿Qué es la ecoansiedad?
La noción de eco-ansiedad, contracción de «ecología» (ciencia que se ocupa de las relaciones de los seres vivos con su entorno, así como con otros seres vivos), y «ansiedad», se refiere en la literatura anglosajona a un «sentimiento de inquietud, preocupación, ansiedad y angustia que sienten ciertos individuos, provocado por trastornos o amenazas al medio ambiente, vinculado en particular a los trastornos climáticos».
Cada vez más personas se describen a sí mismas como eco-ansiosas, y las cifras hablan por sí solas: en Francia, el cambio climático es uno de los temas que más preocupan a la población, y esta tendencia ha aumentado significativamente en los últimos veinte años. (4) Además, existe un alto nivel de incertidumbre sobre la posibilidad de limitar el calentamiento global (para unos dos tercios de los franceses) y un bajo nivel de confianza en la capacidad de nuestras sociedades para adaptarse a este fenómeno. (5)
Desde la simple preocupación hasta el pánico enfermizo, cada persona puede verse afectada de forma diferente. Hay muchos relatos de sufrimiento profundo y síntomas a veces graves: pérdida de memoria, depresión, ataques de ansiedad. Las consecuencias del cambio climático (ya sean visibles o temidas) generan emociones que van de la tristeza a la desesperación, pasando por la ansiedad, y pueden ser causa de trastornos psicológicos graves y socialmente incapacitantes.
La solastalgia es un reflejo de la preocupación por el cambio climático, y no una falsa expresión asociada a la eco-ansiedad. Es una especie de nostalgia (o melancolía) provocada por la destrucción de un lugar que apreciamos o por ver cómo se maltrata a un animal, una planta o cualquier otra alteridad familiar. Este término lo creó en 2003 el filósofo medioambiental australiano Glenn Albrecht. La solastalgia es, por tanto, la expresión emocional del vínculo entre la angustia ecosistémica pasada y presente y la angustia psicológica. (6)
La ecoansiedad, ¿una moda de los bobos?
Este prejuicio transmite la idea preconcebida de que la ecología es ante todo un problema de ricos. Sin embargo, las minorías están especialmente preocupadas e inquietas porque son las poblaciones más vulnerables las que estarán más expuestas a los efectos del cambio climático. Las mujeres, las minorías étnicas y las personas desfavorecidas sienten una mayor urgencia que la población en general. (7)
Además, los jóvenes, que tienen un acceso importante a la información sobre el calentamiento global (sobre todo a través de la escuela y las redes sociales), aunque no conozcan necesariamente los mecanismos o las causas políticas, son conscientes de los efectos nocivos que está teniendo. Así, el 80% se declara preocupado por el clima y el 60% extremadamente ansioso. (8)
De la ansiedad individualizada a la cólera
Así pues, las emociones suscitadas por la catástrofe ecológica repercuten en la salud física y mental. Sin embargo, es importante evitar limitar la ecoansiedad a una enfermedad que debe tratarse a nivel individual. Esto equivaldría a responsabilizar a los individuos y a ocultar el aspecto sistémico del cambio climático y, por tanto, de la ecoansiedad, pero también a considerar que puede tratarse mediante cuidados o medicamentos y no mediante una transformación de nuestros modos de funcionamiento y de consumo.
Aunque debemos preocuparnos por el sufrimiento psicológico que esto provoca, también debemos recordar que no estamos condenados a la impotencia para actuar. Es posible estar deprimido y enfadado al mismo tiempo, cuidarse y luchar contra las causas del cambio climático. Las personas afectadas pasan entonces de la ecoansiedad al ecoenfado, lo que les lleva individual y colectivamente a pasar a la acción, a implicarse políticamente o a ser activistas en asociaciones, por ejemplo.
El neurocientífico Samah Karaki, que intervino en el Centre Ressources du Développement Durable (CERDD) en junio de 2022, explica que es nuestra capacidad de aprovechar las emociones lo que nos pone en acción. Según ella, las organizaciones que luchan contra el cambio climático pueden acompañar esta ira, una vez que todo el mundo tenga un conocimiento y una cultura de la emergencia climática.
Conclusión
En conclusión, podemos afirmar que, aunque todavía no es muy conocida, la ecoansiedad no es un trastorno que deba minimizarse o no tomarse en serio. Esta ansiedad es real ante un riesgo climático que parece cada vez más tangible y amenazador para una parte de la población mundial.
Tampoco debemos convertir esta ansiedad en un problema de salud mental: para muchos investigadores, se trata de una reacción sana, incluso necesaria, ante la amenaza ambiental que conduce a la acción. Por ejemplo, pensemos en Fridays for future (9) entre los jóvenes, pero hay muchas vías de acción colectiva, sobre todo en nuestras asociaciones.
Notas pie de página
(2) https://www.nationalgeographic.fr/sciences/2020/04/leco-anxiete-le-nouveau-mal-du-siecle
(3) Íbid
(4) Fuente: Barometro 2021, IRSN, https://www.irsn.fr/FR/IRSN/Publications/barometre/Documents/IRSN_Barometre_2021-graphiques.pdf
(5) Representaciones sociales del cambio climático: 22ª oleada del barómetro, Agence de la transition écologique (ADEME), octubre de 2021
(6) https://reporterre.net/Deprime-par-la-crise-climatique-Voici-comment-soigner-l-eco-anxiete , https://lelephant-larevue.fr/evenements-et-presse/leco-anxiete-une-reponse-adaptative-aux-desordres-du-monde
(7) https://www.nationalgeographic.fr/sciences/2020/04/leco-anxiete-le-nouveau-mal-du-siecle
(8) Según un estudio realizado por un equipo de investigadores británicos que encuestaron a 10.000 jóvenes de entre 16 y 25 años en 10 países diferentes https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3918955
(9) https://fridaysforfuture.org/
Fuentes:
Francés:
https://www.jean-jaures.org/publication/eco-anxiete-analyse-dune-angoisse-contemporaine/
https://www.nationalgeographic.fr/sciences/2020/04/leco-anxiete-le-nouveau-mal-du-siecle
Socialter, « Etes vous éco-anxieux ? », octobre-novembre 2022
Español:
https://www.iberdrola.com/compromiso-social/que-es-la-ecoansiedad
Inglés:
https://www.bbc.com/news/world-58549373
Para saber más:
http://agissons.ovh/portfolio-item/leco-anxiete-saison-2-episode-2bis/